
Triunfo Monumental Aliancista
Alianza logró un triunfo histórico en el Monumental al superar 2–1 a la “U”. Intimos le dieron vuelta al resultado ante cremas, que terminaron con diez
Regresó para saldar la cuenta pendiente que se originó hace seis años. Para cobrarse la revancha y recobrar el orgullo resquebrajado aquel 22 de junio del 2002. En Alianza Lima ya no están Jefferson Farfán, José Soto o Juan Carlos Bazalar, pero sí Henry Quinteros, Ernesto Arakaki y Wilmer Aguirre, quienes al final del 2-1 ante la “U” se abrazaron y festejaron con exceso, pues ganaron su primer clásico en el estadio Monumental.
DECLIVE MONUMENTAL
El dueño de casa asomó por momentos una mejoría que duró poco. El equipo de Ricardo Gareca ya no es el mismo: no ataca con contundencia ni defiende con eficiencia. El 3-5-2 ya no le funciona a los cremas, que en el primer tiempo ni siquiera inquietaron en serio a Salomón Libman.
Neyra a los 19 minutos manda un pase para Candelo, pero el colombiano no logró llegar al balón. Hurtado (29’ y 30’) manda sendos remates que fueron barajados por el portero aliancista, que hasta ese minuto era espectador privilegiado.
Candelo no funcionó, estuvo en una tarde para el olvido. Muy errático en los pases y poco colaborador en la marca.
Los volantes laterales -Rabanal y Carmona- nunca sacaron un centro para Hurtado. Ganaban la línea de fondo y la mandaban hacia atrás. Un equipo que prioriza su juego por las bandas no puede contar con laterales tan indispuestos para esa función.
En Alianza, Montaño era el hombre orquesta, junto con Quinteros. Corzo y Reyes -debutantes en clásicos- jugaron con mucha jerarquía, evitando la incursión de Neyra.
Arriba, los delanteros causaron peligro en la última línea crema.
Justamente, el chibolo Corzo provocaría la expulsión de Rabanal a los 36 minutos y con ello el desenlace del encuentro.
Gareca mandó a cambiar el sistema a 4-4-1, con Araujo marcando el lado del expulsado Rabanal, y con ello soportó hasta el final de los primeros 45 minutos.
GOLES SON AMORES
En el complemento Alianza tuvo mayor atrevimiento, por lo que al minuto de juego generaría una ocasión de peligro. Quinteros habilita a Aguirre y éste remata mal ante Fernández.
A los 69 minutos Montaño nuevamente habilita a Aguirre, quien saca un centro para el “Lobo”, quien por poco alcanza.
Pero la “U” llegaría al gol aprovechando la inocencia del arquero aliancista. Hurtado con toda su potencia le gana en el mano a mano a Arakaki y obliga a que Libman lo toque en el área y Rivera pitó penal. Candelo lo cambiaría por gol y la Trinchera comenzaba a festejar.
Pero inexplicablemente Gareca hizo algo que nunca debió hacer: desacomodó a su equipo con dos cambios.
Sacó a Araujo para poner a Quina y Rainer por Bernales. Eso aprovechó Alianza, pues al minuto encontró el empate gracias a un cabezazo de Juan Diego, quien saltó solo, con un Quina mirando a lo lejos.
Dos minutos después, Quinteros sin marca en el mediocampo habilitó perfectamente a Aguirre para de un potente remate poner el 1-2.
Universitario se cayó, no logró llegar al empate por más que intentó.
En el segundo encuentro en el Monumental, Alianza se cobró la revancha en un cotejo marcado por la paz.
Dicen que la venganza es dulce, pero en el fútbol se disfruta con mucha mayor intensidad y locura.
Regresó para saldar la cuenta pendiente que se originó hace seis años. Para cobrarse la revancha y recobrar el orgullo resquebrajado aquel 22 de junio del 2002. En Alianza Lima ya no están Jefferson Farfán, José Soto o Juan Carlos Bazalar, pero sí Henry Quinteros, Ernesto Arakaki y Wilmer Aguirre, quienes al final del 2-1 ante la “U” se abrazaron y festejaron con exceso, pues ganaron su primer clásico en el estadio Monumental.
DECLIVE MONUMENTAL
El dueño de casa asomó por momentos una mejoría que duró poco. El equipo de Ricardo Gareca ya no es el mismo: no ataca con contundencia ni defiende con eficiencia. El 3-5-2 ya no le funciona a los cremas, que en el primer tiempo ni siquiera inquietaron en serio a Salomón Libman.
Neyra a los 19 minutos manda un pase para Candelo, pero el colombiano no logró llegar al balón. Hurtado (29’ y 30’) manda sendos remates que fueron barajados por el portero aliancista, que hasta ese minuto era espectador privilegiado.
Candelo no funcionó, estuvo en una tarde para el olvido. Muy errático en los pases y poco colaborador en la marca.
Los volantes laterales -Rabanal y Carmona- nunca sacaron un centro para Hurtado. Ganaban la línea de fondo y la mandaban hacia atrás. Un equipo que prioriza su juego por las bandas no puede contar con laterales tan indispuestos para esa función.
En Alianza, Montaño era el hombre orquesta, junto con Quinteros. Corzo y Reyes -debutantes en clásicos- jugaron con mucha jerarquía, evitando la incursión de Neyra.
Arriba, los delanteros causaron peligro en la última línea crema.
Justamente, el chibolo Corzo provocaría la expulsión de Rabanal a los 36 minutos y con ello el desenlace del encuentro.
Gareca mandó a cambiar el sistema a 4-4-1, con Araujo marcando el lado del expulsado Rabanal, y con ello soportó hasta el final de los primeros 45 minutos.
GOLES SON AMORES
En el complemento Alianza tuvo mayor atrevimiento, por lo que al minuto de juego generaría una ocasión de peligro. Quinteros habilita a Aguirre y éste remata mal ante Fernández.
A los 69 minutos Montaño nuevamente habilita a Aguirre, quien saca un centro para el “Lobo”, quien por poco alcanza.
Pero la “U” llegaría al gol aprovechando la inocencia del arquero aliancista. Hurtado con toda su potencia le gana en el mano a mano a Arakaki y obliga a que Libman lo toque en el área y Rivera pitó penal. Candelo lo cambiaría por gol y la Trinchera comenzaba a festejar.
Pero inexplicablemente Gareca hizo algo que nunca debió hacer: desacomodó a su equipo con dos cambios.
Sacó a Araujo para poner a Quina y Rainer por Bernales. Eso aprovechó Alianza, pues al minuto encontró el empate gracias a un cabezazo de Juan Diego, quien saltó solo, con un Quina mirando a lo lejos.
Dos minutos después, Quinteros sin marca en el mediocampo habilitó perfectamente a Aguirre para de un potente remate poner el 1-2.
Universitario se cayó, no logró llegar al empate por más que intentó.
En el segundo encuentro en el Monumental, Alianza se cobró la revancha en un cotejo marcado por la paz.
Dicen que la venganza es dulce, pero en el fútbol se disfruta con mucha mayor intensidad y locura.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home