EN MEDIO DE INSULTOS LLEGO LA SELECCION A LIMA
Ni el fuerte contingente policial pudo aplacar los ánimos de más de 50 hinchas que esperaron a los seleccionados
La selección peruana llegó a las 9:02 a.m. y tardó aproximadamente una hora en salir del Aeropuerto Jorge Chávez. Cuando se abrió la puerta de llegadas internacionales, los gritos de cincuenta personas movilizaron a los casi 200 policías que se habían apostado desde la mañana en el terminal aéreo.
Entre gritos que calificaban a los jugadores de fracasados y pedían la renuncia de Chemo del Solar, los ofendidos hinchas que se hicieron presentes en el Jorge Chávez preguntaban "por qué no dan la cara, malos de m.", mientras algunos arrojaban huevos que impactaron en los escudos de los policías.
El único seleccionado que no estuvo presente en este bochornoso incidente fue Martín Hidalgo, quien desde Uruguay viajó rumbo a Porto Alegre, para incorporarse a su equipo, el Gremio.
Si bien la llegada de la selección debería ser pacífica, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) solicitó extremas medidas de seguridad. Un contingente de 65 oficiales llegaron al terminal aéreo donde un bus esperaba a los seleccionados en una zona en la que no hay acceso al público.
Una hora antes de que salieran los seleccionados, el aeropuerto Jorge Chávez parecía una zona rígida. Cuando lo hicieron, todo el terminal aéreo se sentía como una área de guerra: Al final, un grupo de 200 policías esperaba la salida de la selección peruana y un número similar aguardaba a la blanquirroja en la Videna.
Julio César Balerio, ex portero de la blanquirroja llegó en el mismo vuelo que la selección y aseguró haber visto a los jugadores sumamente afectados: "Ví a los jugadores destrozados, felizmente no hay un partido cerca tras una golaeda de esta magnitud y se pueden levantar". Lo que no se levanta es el sentimiento de la gente.
Entre gritos que calificaban a los jugadores de fracasados y pedían la renuncia de Chemo del Solar, los ofendidos hinchas que se hicieron presentes en el Jorge Chávez preguntaban "por qué no dan la cara, malos de m.", mientras algunos arrojaban huevos que impactaron en los escudos de los policías.
El único seleccionado que no estuvo presente en este bochornoso incidente fue Martín Hidalgo, quien desde Uruguay viajó rumbo a Porto Alegre, para incorporarse a su equipo, el Gremio.
Si bien la llegada de la selección debería ser pacífica, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) solicitó extremas medidas de seguridad. Un contingente de 65 oficiales llegaron al terminal aéreo donde un bus esperaba a los seleccionados en una zona en la que no hay acceso al público.
Una hora antes de que salieran los seleccionados, el aeropuerto Jorge Chávez parecía una zona rígida. Cuando lo hicieron, todo el terminal aéreo se sentía como una área de guerra: Al final, un grupo de 200 policías esperaba la salida de la selección peruana y un número similar aguardaba a la blanquirroja en la Videna.
Julio César Balerio, ex portero de la blanquirroja llegó en el mismo vuelo que la selección y aseguró haber visto a los jugadores sumamente afectados: "Ví a los jugadores destrozados, felizmente no hay un partido cerca tras una golaeda de esta magnitud y se pueden levantar". Lo que no se levanta es el sentimiento de la gente.
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